Los envases de plástico: la necesidad de definir un modelo más sostenible
La Comisión Europea se marca como objetivo acabar con el plástico de un solo uso y encamina a los Estados a trabajar para contribuir a la eliminación de este material en la fabricación de los envases desechables. Para ello ha propuesto una medida que afecta principalmente a cuberterías de plástico, vasos y platos de un solo uso y otros productos clave que, no solo no se descomponen, sino que acaban contaminando mares y océanos. En cuanto a los envases para bebidas de plástico, solo se podrán comercializar las que dispongan de un tapón incorporado. Los residuos plásticos suponen el 80% de la contaminación marina. Este objetivo común es una responsabilidad mundial que afecta no solo a los consumidores, sino también a los fabricantes: un cambio de modelo global hacia un consumo responsable y sostenible. Los productores de estos envases tendrán nuevas obligaciones, como por ejemplo financiar la gestión y la limpieza de los residuos para promover su reutilización.
Desde Canopack se demostró hace pocas semanas su compromiso por alternativas que contribuyan a conseguir un mundo más sostenible. En la pasada edición de Hispack se presentó la primera máquina de enfardado con film estirable sin horno para botellas, consiguiendo más eficiencia energética, por un lado, y reduciendo el uso de este material, por el otro. Pero, ¿qué otros materiales pueden funcionar como alternativa al plástico? A día de hoy, existen pocas opciones eficientes al PET, el tipo de plástico usado para fabricar, por ejemplo, las botellas. El vidrio, que sería un buen material para competir en este aspecto, resulta más pesado, y este peso provocaría un aumento en las emisiones de CO2. Otro inconveniente es que el vidrio retornable requiere un lavado para poderse reutilizar, lo que también implica el uso de productos de limpieza, con su consiguiente riesgo, y más consumo de agua.
En realidad, la mejor alternativa al plástico desechable es la concienciación social. Como individuos debemos actuar en consecuencia y promover un consumo responsable. Y como fabricantes, deberíamos invertir y trabajar siguiendo un modelo que se fije como mete el ahorro de plástico en la producción del envase, procurando reducir su gramaje y peso. Las botellas de bajo gramaje, el film en frío para paquetes o la reducción de utilización de stretch en los palets, son algunas opciones para contribuir a este fin.
La intención, por ahora, es que los Estados garanticen para 2025 que el 90% de los envases de plástico se reutilicen. La propuesta va a debatirse en el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo antes de adoptar ninguna medida, aunque ya se insta a instituciones a que esta sea una prioridad ciudadana tangible antes de 2049.